domingo, 23 de septiembre de 2007

El Profesor, desde EE.UU. acompañando a los Kirchner en gira: "Ojalá terminemos pronto en la ONU así puedo ir al shopping", confesó Cristina.


Bajaron del avión de Aerolíneas Argentinas detrás mío. En las imágenes de televisión se puede ver perfectamente. El vuelo fue movido. Néstor ocupó dos asientos de primera clase y apenas despegamos se puso a jugar al truco con Miguel Núñez. Yo veía las cartas de Miguel porque estaba en el asiento de atrás y dos veces ví cómo le dio ganado el embido al Presidente, teniendo él 33. Después, Néstor pidió milanesa a caballo para cenar y tomó dos vasos de moscato para acompañar. Después se durmió en seguida y no dejó de roncar en todo el viaje. Un dato menor, pero curioso: sigue necesitando de un osito para dormir, que no es propiamente un osito sino un pinguinito de unos 35 centímetros de altura, de felpa totalmente gastada. Un colaborador suyo me confesó que lo lleva a todos sus viajes al exterior. Un exéntrico.
Cristina ocupaba otros dos asientos un poco lejos de su marido. Se llevó para leer el último libro de Laclau sobre populismo, pero se aburrió rápido y prendió su computadora. Vi por sobre su hombro que le mandaba un mail a su hijo en el cual le decía que le avisara a los inquilinos que les iban a aumentar el alquiler porque "viste como está la inflación". Después apagó la PC y sacó unas revistas de la cartera. Tenía una Noticias que la tiró en seguida a un costado y se regocijó con Para Tí. Hasta que yo me dormí, ella no había pegado un ojo.
Cuando nos despertamos, ya estábamos por aterrizar. Cristina me dijo que tenía que ir de compras en Nueva York y Néstor estaba preocupado con el partido de Racing.

(desde EE.UU. para El Profesor, él mismo)

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